Una de las palabras de moda en el ámbito del marketing en los últimos
años es storytelling. Bajo este concepto, cuya traducción al castellano sería algo así como "contando
una historia", se esconde una estrategia de comunicación que busca captar
la atención del consumidor a través de la narración de una historia. Contando
un cuento, una leyenda o una anécdota se busca romper esa barrera natural que
tenemos hacia la comunicación comercial y generar un vínculo emocional con el
espectador. En el sector del vino existe una bodega cuyo leit motiv es digno de
ser un verdadero ejemplo de storytelling.
Hace unas semanas, en una clase con mis alumnos del Máster en Dirección y Gestión de Empresas de la Universidad de Alicante debatíamos
sobre los límites de la comunicación comercial. En este sentido, comentábamos los
diferentes recursos a disposición de las empresas para captar la atención del consumidor.
Un recurso muy utilizado en los últimos tiempos en comunicación es el
storytelling, que permite a las empresas captar la atención y generar un
vínculo emocional con el consumidor. Fundamentalmente, esta herramienta tiene
como objetivo centrar el contenido del mensaje en contar algo, ya sea una historia,
una anécdota o un cuento que permite que el consumidor se sienta atraído e identificado
con el personaje de la misma.
Por eso, cuando supe de la existencia de Bodegas Dionisos, una pequeña bodega situada en Valdepeñas, pensé: ya tengo un ejemplo claro de
storytelling en el sector vinícola.
La razón de ser de esta bodega familiar es la
elaboración artesanal y natural de vinos bajo el concepto de vinos “Al Compás
de la Luna”. De hecho, la agricultura biológica o ecológica y el respeto a
la forma tradicional del viñedo han sido desde el principio el compromiso
esencial de la bodega. Además del cultivo biológico y natural, la bodega busca
dotar a sus vinos de las mejores influencias que la Luna y las estrellas
ejercen en el metabolismo de la viña, así como en los procesos de fermentación,
decantación, maduración, etc.
Desde el año 2000, la bodega ha experimentado
con el Calendario Cósmico, eligiendo los momentos de trabajo en la viña e
intervención en el vino en función de los ciclos del Sol, la Luna y las
estrellas. Como resultado, además de tres vinos de elaboración clásica, elaboran
cinco vinos (Princesa del Tempranillo, Flor de Rocío, Pagos del Conuco, Vinum
Vitae y Ego Primus) cultivados y elaborados bajo la influencia de determinadas
constelaciones, y cuyo consumo también se aconseja en función de la
constelación que rige cada día en función de un calendario de catas.
Sin entrar a cuestionar el rigor científico de estas
prácticas, desde el punto de vista del marketing el leit motiv de esta
bodega, su razón de ser y, en definitiva, su historia me parece muy interesante
como recurso de marketing. En un mercado tan competitivo como es el vinícola,
la razón de ser de la empresa constituye en sí un poderoso reclamo que, bien
utilizado, puede ser
integrado dentro de la estrategia de comunicación de la bodega.
Un planteamiento original, que puede ayudar a la bodega a
hacerse un hueco en el mercado de los vinos naturales y artesanales con un
posicionamiento diferente, y que puede permitir a Bodegas Dionisos construir
su propio storytelling.
Un saludo,
Ricardo
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