3 de septiembre de 2014

La interprofesional del vino y los excedentes vinícolas

¡Bienvenido de nuevo al blog tras el paréntesis vacacional! Aunque han pasado muchas cosas en el sector vinícola desde el inicio del verano voy a aprovechar este post para destacar dos que, a mi juicio, merecen especial atención por su trascendencia: la creación de la organización interprofesional del vino y la gestión de los excedentes vinícolas de la campaña anterior. Aunque puedan parecer cuestiones distintas tienen un nexo de unión.

Imagen-Vendimia
Fuente: http.//www.heraldo.es

La Organización Interprofesional del Vino Español (OIVE)


Este mes de agosto el sector vinícola ha visto nacer la tan demandada Organización Interprofesional del Vino Español (OIVE). Aunque algunas voces muy autorizadas del sector vinícola ya han expresado su punto de vista a este respecto (te recomiendo especialmente los artículos de Salvador Manjón y de Javier Escobar de la Torre) quisiera destacar aquí mi propia valoración sobre la misma.

En particular, tengo la sensación de que comienza a haber una proliferación de entes y organismos en el sector vinícola que debería invitarnos a reflexionar. Siempre he considerado que es mejor concentrar los esfuerzos en un único organismo que dispersarlos entre múltiples entidades. A la larga éstas siempre terminan solapándose en sus funciones y elevando los costes globales de funcionamiento. En cualquier caso hay una cosa cierta: el futuro de la interprofesional sólo lo marcara su actuación. Si se delimitan adecuadamente sus funciones, su estructura de funcionamiento y se le dota de un presupuesto adecuado para desarrollar sus actividades se habrá dado un importante paso adelante.

Especialmente, entre sus funciones se ha destacado la creación de un panel de información sobre el consumo de vino que permitirá “conocer la evaluación de las pautas de consumo, del precio con que llega al consumidor o del volumen consumido”. Desde el Ministerio de Agricultura se apuesta porque este panel aporte transparencia y ayude a los operadores a definir sus estrategias comerciales. Habrá que verlo.

La gestión de los excedentes vinícolas de la campaña anterior


Como ya te anticipaba en las redes sociales, lo que a principios de año eran campanas al vuelo porque España se había convertido en el primer productor de vino del mundo (y que luego la revisión de las estadísticas nos llevó al segundo puesto) se ha convertido en pocos meses en un problema: el consumo interno y las exportaciones no han sido capaces de absorber todo el vino producido en la campaña anterior. La solución adoptada tras una campaña récord (53 millones de hectolitros) ha consistido en un acuerdo para la entrega de 4 millones de hectolitros a los destiladores para la obtención de alcohol para uso de boca (vinos y alcoholes para aguardientes), sin ayudas públicas, y que no ha sido suficiente para calmar a gran parte de los viticultores que han apostado por la cantidad frente a la calidad y los rendimientos más reducidos que asumen los productores de otras áreas geográficas.

Esta destilación “de crisis” (por cierto, curioso nombre) ha sido adoptada como una solución que debe entenderse como puntual. O se reestructura definitivamente el viñedo para producir menos vino (de más calidad y mayor precio) o se vende y se consume más. Si no se hace así se corre el riesgo de convertir el vino español en una suerte de commodity.  

Con una marcha más que razonable de las exportaciones quizás es hora de ponerse a trabajar en el mercado interno, y es aquí donde habrá que ver si la interprofesional cumple su cometido. Si el panel de información va a “ayudar a los operadores a definir sus estrategias comerciales”, es necesario que de una vez por todas se gestione la pronunciada desaceleración del mercado interno en los últimos años: Cada vez se bebe menos vino (aunque se mitigue parcialmente con un mayor precio) y es en esta variable donde se debe poner el acento.

Las previsiones de la cosecha para este año son moderadas (unos 40 millones de hectolitros) y muchas bodegas no se verán sorprendidas con largas colas de tractores a sus puertas. Además, se anticipa una gran calidad en casi todas las regiones vinícolas españolas. Espero que el sector haya aprendido la lección.

Un saludo,
Ricardo

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