Fuente: http://winefolly.com/update/top-wine-varieties/ |
El pasado mes de marzo la consultora internacional Rabobank publicó un interesante informe (Industry
Note nº 428) titulado “La Mancha in the Middle” en el que se analiza la
situación del sector vinícola en España y, especialmente, la situación en
Castilla La Mancha.
Este informe pone el acento en cómo el proceso de
reestructuración del viñedo emprendido en los últimos años ha facilitado la
salida de los productores menos competitivos del mercado pero también la mejora
de la eficiencia de los que han permanecido, lo que en última instancia ha
supuesto que el volumen de producción aumente de forma constante.
De hecho, España se convirtió
el año pasado en el primer productor mundial de vino y mosto, con más de 50
millones de hectolitros (según las últimas estimaciones 52,6 millones de hl.). Buena "culpa" del
espectacular aumento de la producción en 2013 con relación a 2012 la tiene
Castilla la Mancha, que ha pasado de una producción de 19 a 31,2 millones de hectolitros (un 64% más). Es muy probable que ésta sea la razón por la que el informe de Rabobank,
aplicable al vino español en su conjunto, ponga el acento en la situación
particular de Castilla la Mancha.
Aunque esta noticia es tremendamente positiva tiene dos
implicaciones no tan buenas:
- Por un lado, cabe destacar que el precio medio es el más bajo del mundo (o uno de los más bajos) en prácticamente todos los tipos de vino. El promedio general de 1,42 euros por litro sólo supera al de Sudáfrica (que produce, sobre todo, graneles a bajo precio).
- Por otro lado, la salida natural de este tremendo excedente es la exportación, tanto a la Unión Europea como a terceros países, por lo que cabría preguntarse si esta situación es sostenible en el largo plazo.
Las dos alternativas estratégicas propuestas por Rabobank
Ante este dilema, el Informe de Rabobank plantea dos alternativas estratégicas que, sin ser excluyentes, tienen sus ventajas e inconvenientes.
- Aumentar la producción de varietales internacionales con gran aceptación en el mercado (por ejemplo, Cabernet Sauvignon o Merlot). Esta alternativa, que es la emprendida desde hace algunos años por algunos viticultores con diferente suerte, se fundamenta en el mayor reconocimiento y atractivo que tiene estas varietales en algunos mercados internacionales, como por ejemplo Estados Unidos. Optar por esta alternativa permitiría afrontar mejor los procesos de comercialización en estos mercados.
- Potenciar el prestigio e imagen de alguna variedad tradicional española. Probablemente, la uva mejor posicionada para actuar como bandera del vino español es la variedad Tempranillo, que de hecho está avalada por el éxito de Rioja en los mercados internacionales. Esta opción propone hacer de esta uva un icono, tal y como han hecho, por ejemplo, con la Malbec en Mendoza (Argentina).
En cuanto a la alternativa de potenciar la imagen, reputación y
prestigio de alguna varietal tradicional, esta opción tampoco está
exenta de dificultades, dado que requiere importantes esfuerzos en comunicación para posicionar adecuadamente esta uva y los vinos producidos con la misma. Además, esta alternativa podría incluso llevarnos a pensar que se está nadando contra corriente, luchando contra el propio mercado. Todo lo que el marketing te dice que no hay que hacer. Sin embargo, si la industria
vitivinícola española es capaz de poner en valor su carácter diferencial basado
precisamente en esta varietal tradicional se estará dando el primer paso para
construir una ventaja competitiva difícilmente imitable. Además, esta
estrategia permitiría dotar de mayor valor añadido al vino español y competir
en un segmento de calidad.
Como puedes ver, cada alternativa tiene sus ventajas y sus
inconvenientes, por lo que no es posible decantarse por ninguna de las dos
opciones ni descartar alguna de ellas. De hecho, ambas opciones son compatibles
y a nivel microeconómico cada productor, cada cooperativa y
cada bodega optará por la alternativa que considere más adecuada.
Personalmente, si tuviera que elegir una de las dos, no sabría por qué opción decantarme. Por eso,
me quedo con una reflexión final que se hace en el propio informe. En el mismo
se señala que para conseguir el éxito es importante construir marcas fuertes en
los mercados internacionales, algo de lo que ya hemos hablado en este blog en alguna
entrada anterior. Sea cual sea la opción escogida por las bodegas es importante estar presente en la mente del consumidor con
marcas fuertes y bien posicionadas en el mercado, lo que puede ser incluso más importante que la propia uva con la que se ha elaborado el vino.
Un saludo,
Ricardo
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ha gustado el artículo te agradecería que lo compartieses en las redes sociales (sí, mediante esos
botones tan feos que nos propone Blogger). ¡Muchas gracias!
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