A raíz de la lectura de un post la semana pasada publiqué en Twitter un comentario que generó un pequeño debate. En
concreto, el post se hace eco de un estudio según el cual las mujeres prefieren
el vino tinto al blanco. El propio autor del post y yo mismo nos sorprendimos, porque
quizás partimos de un tópico según el cual las mujeres prefieren el vino blanco
al tinto, lo que a su vez me hizo reflexionar sobre el papel de la mujer como consumidora de vino. Y tú ¿qué piensas?, ¿las mujeres son más de vino tinto o de vino
blanco? Y todavía más, ¿realmente es eso importante para una bodega?
Fuente: http://www.flickr.com/photos/egrojpics/ |
Realmente, en mi defensa, diré que mi intuición se apoyaba
en un caso que conocí hace unos años, basado en el lanzamiento al mercado del
Vino Alba, por parte de Bodegas Murviedro. El lanzamiento de este vino se basó
en un estudio realizado por la propia bodega en 2008 sobre 1.200 mujeres y
80 restaurantes, según el cual el 70% de las mujeres prefirió vino blanco, ya que “resulta más fresco al paladar y porque piensan que tienen menos
alcohol”, según indicaron en su momento los responsables de la bodega.
Los resultados del estudio de Bodegas Murvierdro chocan
frontalmente con los publicados en el post que generó el debate. De hecho, el estudio en que se basa el post es más reciente, ya que fue realizado entre marzo y abril de
2011, y utilizó una muestra mayor (unas 10.500
consumidoras) obtenida de cinco países (Francia, el Reino Unido, Alemania,
Estados Unidos y Hong Kong ). Los resultados revelan que el 51% de las mujeres prefieren el vino tinto, mientras que sólo el 26% prefiere vinos blancos.
Quizás el dato más fiable para el mercado español sea el que arroja el estudio "La mujer y el vino en España", encargado por la OEMV a Datavin. Este estudio, desarrollado en 2010 en Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y Sevilla muestra que seis de cada diez mujeres se decantan por el vino tinto. Además, en este estudio se realiza una segmentación del mercado femenino, identificando hasta seis patrones de comportamiento distintos, lo que viene a demostrar que no todas las mujeres se comportan igual y que no es bueno establecer tópicos generales.
Aún así, y ante esta disparidad de datos, cabría preguntarse: de forma mayoritaria ¿qué tipo de vino prefieren las mujeres? ¿El tinto o el blanco?
El vino y las mujeres
Desde el punto de vista del marketing, el sexo del consumidor es un criterio de segmentación empleado en multitud de productos. Desde ropa a perfumes, las marcas se esfuerzan en presentar una oferta diferenciada para hombres y mujeres. En muchos casos, la diferenciación de la oferta está justificada porque los gustos, preferencias y procesos de compra de hombres y mujeres son distintos. Pero, la cuestión es, ¿este criterio de segmentación es útil en el mercado del vino?
Si atendemos a razones puramente físicas, hombres y mujeres
somos distintos y puede ocurrir que nuestro gusto por un vino u otro dependa de
estas diferencias. Sin embargo, tampoco podemos trabajar con el supuesto
de que los hombres prefieren un tipo de vino y las mujeres otro, porque podríamos terminar generalizando un tópico que no es cierto, y que en nada ayuda ni al sector en su
conjunto ni a las bodegas en particular. De hecho, los resultados de los tres
estudios anteriores no arrojan
resultados concluyentes, lo que además supondría trabajar con una hipótesis que no está contrastada de forma robusta.
La importancia de las mujeres en el sector vinícola como un segmento diferenciado al de los hombres no se basa en su preferencia por unos vinos u otros, diferentes de los que prefieren los hombres. La importancia de las mujeres en el sector vinícola se justifica porque su comportamiento de compra y consumo es distinto. Son estas diferencias, y no el gusto por un determinado vino u otro, las que justifican la necesidad de presentar una oferta diferenciada y adaptada a las mismas.
Según expertos de www.wineinsitute.org, en términos generales las mujeres se dejan llevar menos por los ratings y las guías de vino, y tienden a valorar el producto desde una perspectiva amplia, considerando no sólo el propio vino y sus cualidades organolépticas, sino también el diseño de la botella, la etiqueta e incluso la propia historia y filosofía de la bodega. Además, tienen un proceso de decisión más profundo, detallado y holístico, que está dirigido en muchos casos por la propia experiencia de compra y consumo que proporciona la marca.
En países como Estados Unidos se estima que las mujeres son las últimas responsables de la compra del 57% del vino consumido. No tener en cuenta que las mujeres se comportan de forma distinta y no adaptar la oferta a sus gustos y necesidades es dejar pasar por alto una gran oportunidad del mercado.
La opinión de dos agentes del sector vinícola
Me gustaría cerrar con la opinión de dos profundos conocedoras del mundo del vino: Rafael del Rey, director del OEMV, y Santiago Jordi, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos.
Por un lado, Rafael del Rey reconocía en una
entrevista en Lanzadigital el pasado 2 de mayo que “hay que aprovechar las
nuevas sinergias de consumo y llegar a colectivos emergentes como el de las
mujeres”. Añadía además que “las mujeres son consumidoras y prescriptoras, son
las grandes compradoras. Están desempeñando un papel relevante en los hábitos
en Inglaterra, EEUU, o los países nórdicos, de manera diferente, en distintos
horarios del día y con tipos de caldos determinados”.
Por otro lado, Santiago
Jordi, en una reciente entrevista rechazaba claramente los tópicos que hablan de vinos para mujeres o vinos para
jóvenes. Según sus propias palabras, "por el bien del vino o hacemos
desaparecer este tipo de tópicos dañinos, o bien bebidas más marketizadas como
la cerveza u otro tipo de productos nos seguirán ganando más cuota de
mercado".
Coincido con ambos. Hay que hacer desaparecer los tópicos del
mundo del vino. Ni los vinos tintos ni los blancos son vinos exclusivos ni de
hombres ni de mujeres. Pero también es cierto que, a nivel de una bodega o
marca en concreto, puede resultar muy interesante presentar una oferta
diferenciada y adaptada a las mujeres. Con ello se conseguirá lograr una mayor
identificación entre el producto vino y la mujer. Entender los hábitos de
consumo de las mujeres y cómo es su comportamiento de compra resulta
fundamental para alcanzar a un segmento del mercado que, no sólo tiene el potencial de
ser la mitad del mismo, sino también una gran capacidad para influir en la otra mitad.
Aún así, como mujer, tú qué prefieres, ¿un vino tinto o un vino blanco?
Un saludo,
Ricardo
Nota: Si te interesa este criterio de segmentación en el mercado vinícola, aquí tienes una presentación con algunos consejos sobre como abordar el mercado de las mujeres.
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